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SAN AGUSTIN Ubicación. Esta cultura se ubicó en el Valle del Alto Magdalena (sur del departamento del Huila), ocupado por actuales municipios de San Agustín, San José de Isnos y Salado Blanco, situados todos en las estribaciones del macizo colombiano; es un sector donde abundan las rocas volcánicas, materia prima empleada para sus famosos trabajos de estatuaria. Economía. Los antiguos agustinianos tuvieron como base económica la agricultura y la colección. Preparaban surcos en las laderas y en las partes altas de las montañas, dispuestos verticalmente, de manera que el agua de las lluvias corriera fecundando los terrenos y no se embalsara, lo que hubiera resultado contraproducente en aquella zona húmeda. El principal producto cultivado fue el maíz, como lo atestiguan las numerosas manos y de piedras de moler y los granos y tusas carbonizados que se han hallado entre la tierra de relleno de las tumbas, como ofrendas funerarias y entre las ruinas de las viviendas. Los platos pandos de borde vertical que servían para tostar granos indican una manera propia de preparar el maíz, así como el maní, que hoy se sigue cultivando en esta región. Las frutas del nogal las recolectaban para obtener materias grasas. La cacería debió de ser complemento de la dieta alimenticia, y la pesca en menor escala. Cerámica. La producción alfarera de los agustinianos se destaca por su sencillez, si se comparan con las piezas complejas que elaboraron otros pueblos contemporáneos. Mezclaron las arcillas con desengrasantes de arenas cuarcicas o fragmentos triturados de cerámica. También añadieron mica a la pasta para obtener mas consistencia y, además, puntos brillantes en las superficies de algunos recipientes. Dieron forma a los objetos por modelado directo o por el sistema de enrrollamiento en espiral, y a veces utilizaron como molde otra vasija boca abajo. Las piezas más frecuentes son las vasijas de cuerpo inferior semiesferico y superior troncocónico o campaniforme; también los cuencos y los platos pandos de bordes verticales, que se usaban para tostar granos. Ollas trípodes de soportes altos, macizos y curvos en la parte superior, aparecen con la base ahumada por su largo uso culinario, que también fue el de grandes recipientes de paredes gruesas y superficies ásperas, con decoración dactilar en los bordes. Por su decoración, debieron de usarse en lo ceremonial copas de pie alto tubular, con recipiente pequeño de borde horizontal o inclinado, que llevan pintura negativa interna y por afuera un diseño de círculos y triángulos en negro sobre fondo rojo. La pintura es casi siempre monócroma. Se aplica unas veces en el interior, otras en el exterior de las piezas, y a veces según la técnica negativa. La incisión y la excisión de puntos y rayas en la parte superior es típica, lo mismo que el empaste en blanco y rojo. Hay una ausencia casi total de motivos biomorfos, y es escasa la presencia de asas, que, cuando aparecen, son solo ornamentales. Estatuaria La estatuaria agustiniana tiene unas características especiales que configuran un estilo propio. Tales son: su monumentalidad, puesto que la gran mayoría representa personajes de tamaño mayor que el natural; su rigidez, dada por la posición de las figuras: de pie, con las piernas juntas y los brazos pegados al cuerpo, casi siempre con las manos sobre el pecho; su entusiasmo, simetría y frontalidad. En cuanto a la temática, en ella encontramos representados principalmente seres antropomorfos y antropozoomorfos. Los primeros se han interpretado como guerreros, sacerdotes y dignatarios de esa sociedad; los segundos como animales simbólicos, y algunos de ellos míticos, porque no corresponden a una especie zoológica definida sino que comparten rasgos combinados de varios de ellos, como en el caso de los batracios con dientes de felino. En cuanto a los antropozoomorfos, se prueba por un cuerpo humano con una cabeza de hocico felino y grandes colmillos, identificados como deidades. La mayoría de las estatuas forman parte de los conjuntos funerarios de los diferentes cementerios localizados en explanadas artificiales hechas en las colinas. Los sarcófagos de las grandes tumbas están cubiertos con losas que llevan tallada la imagen del difunto con los ojos cerrados y las manos sobre el pecho. Las estatuas se pintaban de blanco, rojo, amarillo y negro azulado. La talla agustiniana se hacia en piedra andesitica y en tobas, con cinceles y martillos de piedra mas duras y compactas. Es típico el tratamiento de la escultura enfatizando la labor del tallador en la cabeza de la figura para luego ir disminuyendo ese detalle a medida que se desciende hacia las piernas y los pies del personaje. Del mismo modo, el tamaño de la cabeza es comparativamente mayor que el del cuerpo y de las extremidades, de manera que la figura completa no guarda las proporciones reales del ser humano. Vivienda. Los sitios de habitación encontrados por la arqueología aparecen asociados a campos de cultivo. Podemos decir que los agustinianos practicaban un poblamiento disperso, aunque no distanciado, determinado por la ubicación de las tierras más aptas para la siembra; sus casas estaban en las cimas de las lomas o en aterrazamientos en las laderas que fue necesario practicar por lo quebrado del terreno. Se busco la proximidad a los nacimientos de agua para no tener que limitarse a las orillas de los ríos, que, en algunas partes, son de difícil acceso por la profundidad de los cañones. Aparecen viviendas solas y a veces con otra pequeña construcción aledaña que debió de servir para fines domésticos. También hay grupos de tres o más casas, sin que se pueda hablar de aldeas, sino apenas de caseríos; con la excepción de Quinchana, donde se hallaron vestigios de población relativamente nucleada. Estrechos senderos unían los núcleos habitacionales. La casa era de planta circular u oval, de unos 3 metros de diámetro, de estructura sencilla, suelo de tierra apisonada, paredes de bahareque y techumbre cónica de paja. Se practicaba el enterramiento dentro del perímetro de la vivienda. La sencillez y estricta funcionalidad de las viviendas de San Agustín contrastan con la complejidad y ornamentación de muchos sepulcros, pero concuerda con el pensamiento del hombre prehistórico, que reservaba las mejores realizaciones artísticas para el campo de lo religioso, del cual el ritual funerario era una de las más importantes expresiones. Sociedad y Política. La estructura social imperante era la de agrupaciones familiares unidas por vínculos religiosos. Así se deduce de pequeños grupos de esculturas al lado de los cementerios, dispersos en lomas, en varios centenares de kilómetros cuadrados. Las necrópolis más grandes, como Mesitas, Quinchana y el Alto de los Idolos, indican centros de especial jerarquía, que pudo ser ocupacional, política, religiosa o militar. La importancia de lo militar en esa sociedad lo muestran las representaciones escultóricas de guerreros armados, deidades felinas y cabezas trofeos. Además existieron los Shamanes o hechiceros encargados de los augurios y curaciones. Otro grupo social destacado fue el de los guerreros, cuya función era la defensa del territorio por parte de tribus belicosas. El mayor número de la población estaba formado por agricultores, cazadores y pescadores, quienes sostenían a la clase dirigente con su tributo pagado en especie o en trabajo. Los escultores también pertenecían al común del pueblo, por razones de su oficio eran sostenidos con el excedente de la producción comunitaria. Eso no implicaba que dichos artesanos gozaran de una posición privilegiada dentro de la comunidad. Fuente: orbita.starmedia.com/~joseapb/SanAgustin.htmPARQUE ARQUEOLOGICO
El descubrimiento de las esculturas se debe al científico y patriota colombiano Francisco José de Caldas, quien en 1797 viajó por la región y dejó una descripción de los sitios arqueológicos. El arte escultórico del parque se caracteriza por su originalidad y sus grandes dimensiones. Abundan las representaciones de animales, especialmente felinos, monos, lagartos, serpientes, ranas, águilas y búhos. Los restos se hallan diseminados en varios conjuntos:
Otros sitio de interés del parque son el Alto de las Guacas, el sitio de Mortiño, el Tablón, la Chaquira, la Pelota, etc., así como su enorme belleza natural. Fuente: www.redcolombiana.com/mipais/patrimonios/SanAgustin.asp CHIBCHAS O MUISCAS Son un grupo indígena de origen centroamericano se difundieron en territorios de la actual republica de Colombia. Cuando los españoles llegaron al actual territorio colombiano, el pueblo indígena más adelantado era el de la Cultura Chibcha o Muisca del Altiplano Cundiboyacense. Se considera que este pueblo alcanzó el grado de desarrollo cultural más importante entre aborígenes de Suramérica Septentrional. Organización Social: En el área de la meseta cundiboyacense, los Chibchas se dividían en los siguientes cacicatos: Bacatá (Dominio del Zipa), Hunza (Dominio del Zaque), Guatativa, Susa y Tundama. Tenían una estructura familiar aldeana bajo la imagen de un useque (caciques). Los grupos sociales estaban diferenciados de acuerdo a las actividades que cumplían en las aldeas. Existía un tipo de estratificación social, en que los caciques y sus familias formaban un estamento superior privilegiado, también influían los sacerdotes o jeques y los guechas o guerreros. En las decisiones político-administrativas y militares, los caciques estaban asistidos por un concejo de representantes de los cacicatos y en algunos casos por los Uzaques o caciques de alta jerarquía. Después del grupo de privilegiados y dirigentes seguía el pueblo jerarquizado según el trabajo que realizaban en grupos la mayoría del pueblo, formado por artesanos, comerciantes y campesinos. De últimos en la escala social estaban los esclavos, que generalmente eran prisioneros de guerra. La base de la sociedad chibcha era la familia, varias familias formaban los clanes y varios de éstos, las tribus. Pagaban los tributos a los caciques, en oro, alimentos, mantas o trabajo. La transmisión del poder se hacía por un sistema típicamente matrilineal, heredaba el sobrino, el hijo de la hermana del cacique, pero entre el pueblo la organización era partilineal. La herencia de propiedades personales también era partilineal. Las leyes principales de los Chibchas, dadas por el antiguo legislador Nomparem, se reducían a cuatro: no matar, no mentir, no hurtar y no quitar la mujer ajena. El Zipa Nemequeme reformó estas leyes estableciendo la Ley del Talión (ojo por ojo, diente por diente). El sistema penal de los Chibchas era uno de los más severos de los pueblos aborígenes americanos.. Economía de los Chibchas: Alcanzaron notables avances en las técnicas de la agricultura. Cultivaban maíz, papa, batata, fríjol, tomate, quina, algodón y tabaco. Utilizaban las terrazas para cultivos y planificaron la agricultura según un calendario y observaciones meteorológicas y climáticas. Una de las actividades importantes fue la alfarería su cerámica fue variada y de gran calidad. Se destacan sus figuras antropomorfas, utensilios de cocina, vasijas de barro, adornos, entre otros. Desarrollaron una industria de tejidos con una gran variedad de fibras vegetales, principalmente de algodón y fique. Cada familia tenía su telar, el huso y los torteros para hacer sus hilados. También fue importante la industria plumaria y la de las pieles de los animales que cazaban. Explotaron minas de sal, además del uso doméstico, la sal sirvió para el trueque. También conocieron el carbón mineral, que fue utilizado principalmente por los Chibchas de Sogamoso. Los Muiscas ejercían el comercio por medio del trueque, cambiaban sal, mantas pintadas y esmeraldas por el oro en polvo y algodón. Existían unos tejuelos redondeados de oro fundido, que facilitaban las transacciones comerciales de dicho metal. Orfebrería: La orfebrería, fue perfeccionada con variadas y complejas técnicas metalúrgicas como los trabajos en "tumbaga" y la fundición a la cera perdida. Se distinguen las bellas representaciones antropomorfas y zoomorfas de los tunjos u ofrendas propiciatorias a las deidades. La diversidad de adornos en oro para los caciques y señores principales y los adornos para las residencias, eran muestra de gran belleza. Utilizaron también el cobre, para la elaboración de figuras antropomorfas y bastones ceremoniales, e hicieron narigueras, zarcillos, pectorales y otros objetos en cobre. Leyenda del El Dorado: Cuando llegaron los españoles a las llanuras, donde se encontraba el imperio de Chibcha, se quedaban asombrados por los cuentos sobre el Cacique Guatavita. Este era un jefe importante que congregaba sus súbditos periódicamente alrededor de la laguna para realizar una ceremonia para honrar sus deidades quienes se consideraban vivían en las profundidades del lago. Para ese día especial se construía una balsa grande adornada con piedras preciosas de todo el tipo. El Cacique, miembros de la realeza y gobernadores menores abordaban la balsa. El Cacique estaba de pie en el medio mientras el resto de los acompañantes llevaban jarrones dorados, esmeraldas finas, anillos de oros y collares, y todas las piedras preciosas. La balsa se llevaba al centro de la laguna sagrada. Una vez en el medio de la laguna, el Cacique dejaba caer su capa y saltaba al agua, volvía a montarse sobre la balsa donde los cubrían completamente con un polvo de oro espeso. Las personas contemplaban la ceremonia a la orilla en silencio. Entonces, el magnífico Cacique elevaba canciones y oraciones, luego se volvía a sumergir en las aguas. Seguido esto, las personas en la balsa empezaban a lanzar todas las piedras preciosas y joyería para la diosa protectora al fondo de la laguna. Cuando se terminaba la ceremonia, se devolvían a la orilla y todos retornaban a sus casas con la esperanza de que sus deidades serían generosas con ellos. La leyenda dio nacimiento a un gran numero de expediciones por los conquistadores españoles que ávidamente buscaron los tesoros en ríos, lagos, pueblos, lugares sagrados, y excavaciones subterráneas. Sin embargo, el Cacique de Guatavita y sus súbditos guardon bien el secreto del lugar. Nadie ha descubierto el lugar donde se encuentra el tesoro. Religión: Los Chibchas tuvieron una religión organizada alrededor de un conjunto de dioses. Sus ritos incluían sacrificios humanos. Las principales deidades tenían que ver con el sol (Sué), la luna (Chia) y el agua (Sía), creían en Chiminigagua, el dios creador y autor de la luz. El culto a Sué se hacía principalmente en Sogamoso "la ciudad sagrada". A Chía también se le rendía culto y creían en Bachué, la diosa madre del género humano. Estaba el Dios civilizador Bochica, quien les enseñó las artes y oficios. Los Chibchas respetaban profundamente los lagos, montañas y rocas, consideraban que los espíritus estaban vinculados a los fenómenos físicos, ríos, montañas y lagunas. Los sacerdotes, llamados Jeques, se educaban durante 12 años en los Cucas, seminarios dirigidos por los ancianos. Los principales templos se encontraron en Sogamoso, Baganique, Fúquene y Guachetá; también los había en Guatativá, Chía y Bogotá. Utilizaron los tunjos como ofrendas a sus dioses. Conocieron la técnica de momificación de los muertos, lo cuales se practico principalmente a los caciques. |