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Mondo Latino

LA OPINION

   

Identidad nacional, cultura y miedo

No. 107 - 16 Marzo 2015

d´janos un mensaje  

Hasta hace 30 años identidad nacional y cultural coincidían, habían las minoranzas pero los numeros exiguos no eran tales de poner en crisis ninguno. Las grandes inmigraciones de Africa, de Albania, de Europa Est nos han tomado impreparados, como es usual, como era sucedido en los años sesenta para las inmigraciones internas. La percepción del otro como diverso, quizás peligroso, ha sido facilitada por el color de la piel, de la lengua, de la religión, de las distintas costumbres.

El hecho después que importaramos también una cierta criminalidad ha tenido un impacto emotivo formidable, con una percepción de peligrosidad muy desproporcionada respecto a la realidad.

Hoy, según estimas confirmadas por distintas fuentes hay quizás 400.000 personas que en la parte líbica esperan embarcarse. Ya que hoy todos los migrantes saben los riesgos que corren, es evidente que la desesperación que empuja está migración es talmente grande de hacerla inarrestable. ¿Qué debemos hacer?

Los diques legales o policíacas no detendrán el tsunami. El escándalo de los disturbios con las bocas cocidas, la espera interminable en los centros de acogida los hemos rápidamente removido. Nos arrocamos en identidades locales por miedo a perder la propia, de ceder terreno. Las identidades culturales existen y son riqueza, pero cuando se vuelven identificación, muletas del yo, son un peligro psicológico, sobre todo para los que la viven. Y del peligro psicológico al peligro social el paso es breve. Pensar a la caza del asesino forastero por Yara.

Además de los provedimentos legislativos y a la posible acogida Europa debe equiparse culturalmente: otros países hay ya hecho esta experienza con las ex-colonias, y ninguna receta es fácil.

En los años setenta había algún estudiante eritreo en las escuelas: eran pocos, bien integrados en las clases. Uno de éstos, Brahn Tesfa es ahora escritor y editor: escribió un libro agudo, Espejos erróneos (ediciones SUI), que me ha hecho mucho reflexionar, más allá de cualquier consideración literaria. Es una historia de segunda generación, que cuenta el conflicto, de los adolescentes nacidos y crecidos en Italia, consigo mismo, con su familia, con los italianos más o menos conscientemente racistas (embarazismo es el neologismo de un médico de Togo, Kossi Komia Ebré). Estar integrados no quiere decir estar asimilados, se necesita una comparación y una condivisión, donde las diferencias, las fronteras culturales sean no solo separación sino también unión, partiendo de considerarse terrestres antes que italianos, marroquíes y albaneses.

En los tiempos de crisis crece la maldad, el linchaje de negros en el sur de los Estados Unidos aumentaba en los años de carestía, cuando los blancos pobres se encontraban en la misma condición de miseria que los obreros negros. La verdadera integración toca todos y requiere diferencias, conocimiento, mediación cultural y condivisión. Mucho pasa a través la condivisión del alimento y lo sagrado. Pero de ésto es necesario hablar en otra ocasión.

Traducción de MONDOLATINO



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