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El corrido, género musical caracterizado como épico-lírico e histórico narrativo, con apróximadamente dos siglos de existencia, derivó en lo que hoy se llama música ranchera; y aunque todavía se escriben corridos, como género dejó de ser un detonador social y una reseña de hechos históricos, a raíz del avance de los medios informativos y tecnológicos. Vicente Rodríguez Cervantes, compositor y director de la Orquesta de Cámara de la Universidad de Zacatecas (UAZ), refiere que lo que hoy se llama corrido es pura nostalgia y ornato, y aunque aún se producen y son un reflejo de los hechos sociales, contienen rasgos del género norteño y grupero, que se acompañan de acordeón, contrabajo y bajosexto. Para él, el origen del corrido es incierto, aunque lo más evidente es la introducción de instrumentos y formas musicales europeos, pues aparecen la vihuela, el laúd y la guitarra clásica. Así se desarrolla el son en general, el de tierra caliente y el abajeño, el huapango y el corrido, por supuesto. Según el entrevistado, el corrido necesita retroalimentarse para alcanzar un impacto social, requiere una retribución; que se oiga, se disfrute y aporte elementos a la música a partir de un hecho popular. "Los corridos surgieron de hechos y episodios de protagonistas de la historia del país alrededor de 1820, hasta llegar a sucesos como la guerra cristera, la toma de Zacatecas y las hazañas de Benjamín Argumedo y Valentín de la Sierra, origen del corrido regional. Sin embargo, historiadores como Cuauhtémoc Esparza Sánchez, refieren que hubo corridos anteriores a la fecha establecida por el investigador Vicente T. Mendoza — segundo tercio del siglo XIX —, pues en Zacatecas se conoció Las mañanas de Hidalgo, que datan de 1811, la composición más antigua. (Localmente, el corrido tiene los sinónimos de tragedia, versos y mañanas, en El corrido zacatecano, 1976). Para Rodríguez Cervantes, el género se caracteriza por el acompañamiento del arpa y bandolón, equivalentes ambos a la función que cumple la guitarra. "Su forma musical —tónica dominante y subdominante— es simple; además, cualquiera podía cantarlo. Mientras que los nuevos corridos contienen variantes armónicas que incluyen acordes de quintas y séptimas". El especialista, asesor de la Unidad Regional de Culturas Populares de Conaculta, recuerda que antes del corrido hubo otro género, el romance, que cantaban mestizos y españoles, con influencia medieval y renacentista, esto es, música juglaresca y caballeresca, entre 1500 y 1600. Por su parte, el compositor Rafael Graciano González (1917), afirma contar con una colección de doce corridos, que abordan el tema de un grupo de indocumentados que murieron asfixiados en un vagón. "Los dedicados al general Jesús González Ortega y a Felipe Angeles, y otros que exaltan las virtudes de la entidad, en donde se registraron episodios decisivos para la historia contemporánea". Con estudios de un año de primaria, Graciano recuerda que a los nueve años de edad estalló el movimiento cristero, lo que le impidió proseguir sus estudios. "Fue cuando los curas condenaron la enseñananza comunista con influencia rusa". Sostiene que los versos originales de la Marcha de Zacatecas son de la autoría de un dorado de Francisco Villa, de 46 líneas, versión modificada por el propio entrevistado hace tres décadas, la cual sólo interpreta en reuniones y eventos sociales en la colonia Felipe Angeles (municipio de Villahueva), donde reside y planea continuar con la realización de corridos dedicados a la gente del pueblo, pero nunca a toreros, ni políticos ni ex gobernadores. "No tuve escuela y a veces para rimar me tardo hasta hora y media". El intérprete Jorge Salas coincidió con Graciano, al señalar que actualmente el corrido es una especie de apología del delito y una exaltación de los hechos de sangre. Ilustra su idea con dos ejemplos: Los dos hermanos, de autor desconocido, que aborda el conflicto fraternal por el amor de una mujer, letra que aprendió de un invidente que le enseñó los primeros tonos de la guitarra; comenta el corrido de Raymundo de Lira, Los tres rivales, que trata de una riña a raíz de una carrera de caballos suspendida. Dice la primera estrofa, escrita en octasílabos:
De los contados arpistas que todavía interpretan corridos en y sobre la entidad, se encuentra Juan García Rojero (Sombrerete, 1922), quien, mientras la salud se lo permite, se instala en las tardes en el callejón de La Bordadora, en el centro histórico de la ciudad para ejecutar Caballo prieto azabache, Corrido de Felipe Angeles, La toma de Zacatecas y Corrido de Basilio González, entre otros no sólo de carácter épico sino pícaresco como La piedrecita. Virginia y Vicente T. Mendoza en Folklore de San Pedro Piedra Gorda, distinguen en la entidad, en el siglo XIX, la existencia de letras de corridos sobre guerrilleros y valientes, de crímenes, de bandoleros, muertes violentas y grandes desastres. De los bandidos llamados Tulises, los investigadores transcriben una estrofa y un estribillo:
Por su lado, Esparza Sánchez, clasifica los corridos en primarios o primeros que se escribieron a Hidalgo, Juárez, bandidos, pasionales, mineros y revolucionarios. Sobre los famosos tulises, señala que en la segunda mitad del siglo pasado, la voz popular llamó así a toda clase de bandidos que arrasaban por todas partes y mantenían contactos con bandas de entidades circunvecinas. El apodo surgió a raíz de que "se escabullían entre los tules de ríos y lagunas, aunque otra versión asevera que cuando se veían en peligro, los bandoleros se comunicaban con silbidos que imitaban el canto de los aves. Uriel Martínez Fuente: www.cnca.gob.mx/cnca/nuevo/reporta/reporta00/zac001.html |