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Popularmente consagrado con el nombre de Cantor de la Patria. Hijo de Juan Manuel Zorrilla de San Martín y de Alejandrina del Pozo, nació en Montevideo el 28 de diciembre de 1855 y a los 12 años pasó a la ciudad argentina de Santa Fe, donde hizo sus primeros estudios. Vuelto a Montevideo aquí vivió de 1868 a 1871 y retornó a Santa Fe este último año, para recibirse de bachiller en 1873 y enseguida trasladarse a Santiago de Chile, donde obtuvo el título de Licenciado en Letras y Ciencias Políticas a fines de diciembre del 77. Por entonces sus aficiones literarias, notorias ya desde la aparición de sus primeros versos insertos en "El Siglo" montevideano en 1874-1875 se habían hecho predominantes. En Santiago publicó, ese mismo año de 1877, "Notas de un Himno", colección de poesías líricas. De retorno a la tierra nativa en el gobierno de Latorre, tuvo un puesto en la magistratura como Juez Letrado Departamental de Montevideo. Católico militante, Zorrilla de San Martín fundó "El Bien Público" en 1879, diario destinado a la tribuna de sus ideas. Fue partícipe en la enconada lucha llevada por sus correligionarios contra el gobierno del general Santos, no tanto por lo que ese gobierno tuviera de malo, pues mucho más lo había sido el de Latorre que contó con el apoyo católico, sino por las directivas liberales caracterizadas que cristalizaron en las leyes de conventos, de matrimonio civil obligatorio, etc. Zorrilla, contra el cual se había dictado orden judicial de prisión que alcanzaba también a varios otros periodistas opositores, se asiló en la Legación del Brasil. Por su parte Zorrilla, que de años atrás desempeñaba el cargo de catedrático de literatura en la Universidad, fue destituido de su cátedra con venia de la Comisión Permanente, conforme al extraordinario decreto de 3 de noviembre que lleva la firma de Santos y de J. L. Cuestas, su ministro de Instrucción Pública, "considerando ser indecoroso que un ciudadano y funcionario público con el objeto de sustraerse a las responsabilidades legales y a la orden del Juez respectivo, se asilara en una Legación extranjera, desertando y faltando a sus más elementales deberes". "La Cátedra de Literatura -sigue el decreto- necesitaba para ser cumplida algo más que enseñanza de buen decir: espíritu justo y los más sanos principios de moral y de respeto a las leyes". Este documento, en el cual la agresividad y el estilo revelan claramente la mano del ministro Cuestas, constituye uno de los singulares y absurdos documentos de la época. Emigrado en Buenos Aires a raíz de tan desagradable incidencia, permaneció fuera del país hasta que al variar el clima político de la República con la presidencia del general Tajes, regresó a Montevideo y fue electo diputado por la capital (1888-1891). En 1889 publicó su poema épico-lírico "Tabaré", obra todavía no igualada en América. "Tabaré", aunque recién dado a la imprenta, no era desconocido para el público montevideano, pues en una velada literario-musical realizada en el teatro Solís a beneficio de los inundados del Río Negro, la noche del 6 de junio de 1884, Zorrilla lo había leído por mitades, con éxito pleno. Consagrado el poema desde la primera hora por la crítica española, que opinaba que "Tabaré" competía y vencía a todo lo escrito hasta entonces en cuanto a sentir y expresar la hermosura y la grandeza de las escenas naturales del Nuevo Mundo. Juicio consagratorio compartido con rara unanimidad en todas partes, subsiste hasta el día de hoy en la integridad de sus términos. Ministro Plenipotenciario de la República en España, nombrado por el presidente Herrera y Obes el 20 de abril de 1891, tuvo ocasión de colocar muy alto el nombre del país con el magnífico discurso que pronunció en el patio del Convento de la Rábida, en las fiestas del cuarto centenario del Descubrimiento de América, el 12 de octubre de 1892. En el gobierno de Idiarte Borda fue como ministro de Francia, el 11 de mayo de 1894 y tres años más tarde tuvo una misión especial a Roma, enviado ante la Santa Sede el 5 de febrero de 1897 para ocuparse de la creación del arzobispado uruguayo. En la administración de Cuestas el cargo fue suspendido por simple vía presupuestal, sin que se declarase el cese ni se enviaran a Zorrilla las protocolares cartas de retiro y en esas condiciones, siendo y no siendo ministro, hubo de reintegrarse al país. La Universidad le confió las cátedras de derecho internacional público en la Facultad de Derecho y la Teoría de Arte en la de Arquitectura. Con el gobierno de Batlle y Ordóñez se le confirió funciones de Delegado del Gobierno en el Banco de la República, puesto que conservó hasta su último día. Las tareas burocráticas le permitían al autor dedicarse a las letras. Dejó los versos, ya que, después del triunfo de "Tabaré", con un tino ejemplar y difícil de ser hallado, Zorrilla de San Martín no requirió nuevamente la lira. Diversos géneros, pero antes que ninguno la historia nacional, ocuparon sus días y, dentro del género, la figura de Artigas fue penetrando hondamente en su espíritu a medida que iba avanzando en un libro el cual tituló "Epopeya de Artigas", trabajo de lírica apología antes que historia del campeón de la democracia platense. La epopeya publicada en 1910, resultó una obra difusa, en que la documentación recogida hasta entonces por los estudiosos, se pierde un poco en la prosa desmedida alguna vez de los dos volúmenes que forman la obra. "Resonancias del Camino", "Recuerdos de un viaje", "La escondida Senda", "El sermón de la paz", "El libro de Ruth" y otras obras menores completan la bibliografía del autor. El 3 de noviembre de 1931, cuando en plena y aparente salud había regresado de una excursión por la ciudad de Mercedes, Zorrilla de San Martín falleció en Montevideo, en forma casi repentina y sus restos, con honores oficiales y en medio de la emoción del país, fueron velados, al pie de la estatua de Artigas en la Plaza Independencia. |