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"La arquitectura es una cuestión de sensibilidad. Creer en la arquitectura es creer enla belleza" Esta es algunas de las máximas que trazaron el camino del mayor nombre de la arquitectura del Brasil, Oscar Niemeyer. El es responsable de las más bellas creaciones arquitectónicas del siglo XX en Brasile. Oscar Niemeyer se volvió un maestro al obtener, de la unión del concreto a la vista con el vidrio, formas que respiran, de extrema ligereza, casi coo se fueran listas a tomar vuelo. Es uno de los arquitectos contemporáneos más relevantes internacionalmente con obra en los cinco continentes. Su creación más significativa es la ciudad de Brasilia, que diseñó con su colega Licinio Costa y fue declarada "Patrimonio Artístico de la Humanidad" por la UNESCO. Oscar Niemeyer nació en Río de Janeiro el 15 de diciembre de 1907. Después de estudiar en la Escuela Nacional de Bellas Artes de su ciudad, colaboró en la década de los treinta con el francés Le Corbusier, uno de los "padres" de la arquitectura moderna, cuyos planteamientos le influirían poderosamente. Juntos trabajaron en el diseño de la sede central de las Naciones Unidas, en la ciudad norteamericana de Nueva York. A finales de la década de los cincuenta, el entonces presidente de Brasil, Juscelino Kubischek, concibió la idea de crear una nueva ciudad, pensada para medio millón de habitantes y realizada de acuerdo con el diseño arquitectónico más funcional y vanguardista. Encargó el proyecto de esta nueva capital de Brasil a Niemeyer y su compatriota Licinio Costa, que tardaron cuatro años en convertirlo en realidad. Brasilia fue inaugurada en 1961 por el primer mandatario brasileño. Entre sus principales realizaciones arquitectónicas merecen destacarse la Plaza de los Tres Poderes, donde están situados el Palacio del Gobierno, el Supremo Tribunal Federal y el Congreso Nacional; el Palacio de Itamaraty, sede de la Cancillería; la Avenida de los Ministerios; y la Residencia Presidencial del Palacio de Alvorada. La calidad de las construcciones y su armonización con el entorno natural motivaron que la UNESCO declarase Brasilia "Patrimonio de la Humanidad" en el año 1987. En 1962 Niemeyer fija su residencia en Francia, donde permaneció hasta 1974. En ese período realizó numerosos proyectos arquitectónicos en Europa, Oriente Medio y norte de Africa. Los más sobresalientes son la sede del Partido Comunista Francés, en París; el edificio principal de la editorial Mondadori, en Milán; y la mezquita, Centro Cívico y Universidad de Argel. De vuelta en Brasil, Oscar Niemeyer diseñó un centro recreativo conocido popularmente como Sambódromo, que se construyó entre 1983 y 1984 y sirve desde entonces como sede permanente del desfile de las escolas de samba en el festival carioca. Su última gran obra es el Memorial de América Latina, realizado a partir de un proyecto cultural del profesor y antropólogo brasileño Arcy Bibeiro, e inaugurado el 18 de marzo de 1989. Este edificio, radicado en Sao Paulo, consta de un salón de actos de 3.200 metros cuadrados, un auditorio con capacidad para 4.000 personas, una biblioteca con 60.000 volúmenes, un pabellón de exposiciones, restaurante, tres estacionamientos, un edificio de Administración y Control y una gran plaza cívica con un palco monumental. Entre otros importantes galardones, Óscar Niemeyer estuvo; en posesión del Premio "Lenin de la Paz" (1963), el Premio Internacional de "Arquitectura de Hocy" (1966) y el Premio "Pritzker" del Instituto de Arte de Chicago, que compartió en 1988 con el estadounidense Gordon Bunshaft. Niemeyer, ultranonogenario, continuó a trabajar en su oficina de Copacabana, Río de Janeiro, en muchos proyectos importantes. El más reciente: el Museo Oscar Niemeyer en Curitiba, Brasil, ha sido abierto al público al final del 2002. En el 2004 recibió en Tokio el Praemium Imperial por la arquitectura. Deja un apabullante legado de proyectos en diversos países: desde la universidad de la ciudad argelina de Constantina, hasta el centro Niemeyer en Avilés, la sede del Partido Comunista de Francia, el complejo de la ONU en Nueva York, en cuyo proyecto colaboró, o la matriz de la editorial Mondadori en Milán, ungida por el propio maestro como una de sus obras predilectas. El complejo arquitectónico de Brasilia, con sus ministerios milimétricamente alineados y sus palacios gubernamentales de la Alvorada, Planalto o Itamaraty, representó su consagración definitiva. Brasilia aún desata tantas pasiones como críticas en los círculos académicos. Él mismo, consciente de esta controversia, solía decir que si hubiese tenido que afrontar el mismo reto en sus últimos años lo habría hecho de un modo diferente. (El País, 06 Diciembre 2012) Oscar Niemeyer murió en Río de Janeiro el 5 diciembre 2012. |