|
"Creo que una arquitectura que tenga en cuenta los hábitos y gustos de nuestra gente, nuestro clima tan especial por lo templado y destemplado a la vez, lo estructural y lo constructivo, vinculado a nuestras posibilidades, las capacidades de nuestros obreros y con el impoderable de la expresión de nuestra luz y nuestro paisaje, habrá de tener una matriz nacional". Su forma de pensar era una apuesta permanente a recorrer un camino propio para la arquitectura latinoamericana.- A salir del sub-desarrollo de una manera humana y nuestra.- A repensarlo todo, sin copiar ni los procesos, ni las técnicas, salvo cuando nos sea absolutamente indispensable.- El uso del ladrillo como cerámica armada En tanto Dieste por el contrario, investiga y descubre, que uniendo ladrillo con ladrillo con mortero (de arena y portland) y disponiendo entre medio un hierro redondo de construcción, con una terminación superior de una delgada capa también de mortero, se pueden construir "cáscaras de ladrillo" (de 10 a 12 cm. de espesor) onduladas, en diversas formas de bóvedas, que le permitirán techar espacios de hasta 50 mts. de ancho por el largo que se quiera, sin pilares intermedios. Destacaba entonces, que el ladrillo es uno de los materiales baratos de los que siempre podremos disponer, siempre tendremos tierra para hacerlo y se consiguen resistecias iguales o superiores a la del hormigón armado. Además de ser un buen aislante térmico y un regulador natural de la humedad. Según él esa sensación acogedora que todos tenemos, de los ambientes hechos de ladrillo, resulta de la percepción intuitiva de esas cualidades. Además lógicamente de las cálidas tonalidades y texturas que nos brinda. Agregando que el costo de la estructura es muy bajo, en relación a otros materiales de calidad equivalente. También nos recordaba que por el origen de la población del país, la tecnología del ladrillo es conocida y es rápidamente aprendida por nuestro obrero descendiente de españoles o italianos. "La Iglesia de Atlántida se hizo en su totalidad con obreros del lugar que asimilaban rápidamente una técnica muy vinculada a sus tradiciones y experiencias" La arquitectura como arte Sus obras cautivaron a los arquitectos del final del siglo La Iglesia de San Pedro, en Durazno, donde luego de un incendio reconstruyó su interior, preservando su fachada original. Un sinnúmero de plantas industriales, como las agro - industrias Massaro y la Planta de Refrescos del Norte, en Salto, la de Refrescos Fagar en San juan - Colonia (donde trabajó con otro querido colega de aquel departamento, el Arq. Miguel A. Odriozola). Gimnasios, depósitos y silos, tanques de agua, y otras estructuras para terminales de ómnibus e incluso para centros comerciales (ej. Montevideo Shoping Center), son parte de los ejemplos que se podrían citar en nuestro país y también en el sur de Brasil, donde construyó entre otras, el Mercado de Porto Alegre. Especialmente destaque merece el depósito del Puerto de Montevideo (a la altura del Edificio del Banco República), donde propone (y con su proyecto gana la Licitación), no demoler un viejo depósito para construir uno nuevo, lo cual para Dieste no sería racional ni económico, sino por el contrario usar las viejas paredes, convenientemente reforzadas, para recibir una bóveda cáscara de 50 metros de ancho. El precio del contrato terminado, para los 4200 m2. cubiertos, resultó ser el más económico de las propuestas presentadas (fue de ciento veinte mil dólares americanos). Toda una lección de respeto a nuestro patrimonio y al uso racional de nuestros escasos recursos. No es de extrañar pues, que en la medida que su obra creció y maduró en contenido y forma, y en la medida que se comenzó a difundir en el exterior, la arquitectura uruguaya tuviera internacionalmente, en Don Eladio Dieste, un referente permanente, con gran reconocimiento y admiración por las lecciones que su persona y su obra realizadas nos brindaba. Fue enviado por la UNESCO a varios países de ámerica, dictó conferencias y cursos en el continente y en Europa. Fue galardonado en varios Congresos y eventos internacionales, destacándose el Título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de la República (1993) y el premio Medalla de Oro de la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitectos (Brasilia 1996). El trabajo colectivo y su amor a la gente sencilla Para ese entonces Don Eladio Dieste, así como lo hizo en nuestro Litoral y sur de Brasil, nos había legado para lo mejor de nuestro patrimonio arquitectónico y construido, de nuestra querida ciudad de Paysandú, una de sus obras. Había proyectado y construido en cerámica armada, la planta de Azucitrus (sobre la Av. Dr Alberto Roldán), que constituye un ejemplo de la evolución de una técnica y una forma, cuyo resultado final son las bóvedad gausas. En aquel momento y en la lejanía de aquellas tierras mexicanas, confesó que esa obra de Azucitrus, le había dejado un profundo dolor en su corazón, imposible de superar. Con la desaparición del Ing. Eladio Dieste, Uruguay perdió a uno de sus creadores más significativos e innovadores, dejando un legajo imprescindible para la historia de la construcción del país. Rubens Stagno Oberti |